Las consecuencias de todos estos avances las estamos viviendo día a día. Sólo destacaremos brevemente algunas, para centrarnos a continuación, en sus repercusiones educativas.
Los medios electrónicos e impresos han producido una auténtica explosión en la cantidad de información que nos llega a las personas. Un fenómeno que no es nuevo: recordemos las razones que llevaron a Vanevar Bush a diseñar su "Memex", el concepto matriz de los hipertextos actuales, en la década de los cuarenta (Bush, 1945; Nyce y Kahn, 1991), pero que en las últimas décadas está tornándose más acusado si cabe. Se calcula que, al principio de la historia humana, costaba de 10.000 a 100.000 años doblar el conocimiento humano. Hoy cuesta menos de 15 años. En algunos campos, cada pocos años se hace necesario revisar las acreditaciones académicas (Bartolomé, 1996): una persona que no haya estudiado lo producido en los últimos años no está ya capacitada para desempeñar su profesión. Cualquier profesional que quiera mantenerse al día sobre el desarrollo de su disciplina sabe las horas que debe dedicar al estudio y a la puesta al día.
Un efecto asociado a esta explosión, fácilmente constatable, es el aumento del ruido en la comunicación. Hoy tenemos mucha información (o pseudoinformación) , pero, ¿estamos mejor informados? El problema ya no es conseguir información, sino seleccionar la relevante entre la inmensa cantidad que nos bombardea y evitar la saturación y la consiguiente sobrecarga cognitiva. Algunos autores han sugerido que los medios electrónicos de masas han transformado nuestra forma de percibir la realidad. Entre sus efectos: la disminución y dispersión de la atención, una cultura "mosaico", sin profundidad, la falta de estructuración, la superficialidad, la estandarización de los mensajes, la información como espectáculo, etc. Los nuevos lenguajes audiovisuales han dado lugar a una cultura de la imagen en movimiento para la que, por ejemplo, la escuela, una institución primordialmente oral-libresca, no nos prepara. Peor aún, los medios de comunicación de masas han creado lo que se ha denominado una "industria de la conciencia", una recreación mediatizada y manipulada de la realidad, al servicio de los intereses que controlan dichos medios y que ha sustituido en gran medida a la realidad real.
Por otra parte, es habitual la confusión entre información y conocimiento. El conocimiento implica información interiorizada y adecuadamente integrada en las estructuras cognitivas de un sujeto. Es algo personal e intransferible: no podemos transmitir conocimientos, sólo información, que puede (o no) ser convertida en conocimiento por el receptor, en función de diversos factores (los conocimientos previos del sujeto, la adecuación de la información, su estructuración, etc.).
La educación debe dar una respuesta a estos problemas. La institución escolar, que nació, entre otras cosas, para proporcionar información, compite ahora con fuentes de una increíble credibilidad (valga la expresión) como la TV, cuyo objetivo no es, evidentemente, ni formar, ni informar verazmente, ni educar sino más bien capturar audiencias masivas y venderlas a los anunciantes o, simplemente, ganar dinero. Los medios de comunicación y las redes informáticas han sido calificados acertadamente de "profesores salvajes" (Comisión Europea, 1995, pág. 29) y su influencia es enorme, sobre todo si tenemos en cuenta que la TV es la tercera actividad en tiempo empleado, tras el trabajo y el sueño, de la mayoría de los habitantes de los países occidentales.
Entrada realizada por: Francisco Rodríguez Martínez
miércoles, 12 de diciembre de 2007
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1 comentario:
Respecto al texto títulado "Algunas repercusiones de las Nuevas Tecnologías", lo he introducido al blog porque pienso que tiene muchísima razón en los aspectos que trata, al menos desde mi punto de vista.
La formación continua es cada vez más importante, exigiéndose en cualquier carrera. Cada vez es más difícil enseñar a nuestros alumnos materias que avanzan a pasos agigantados, y desde que cursamos nuestros estudios universitarios hasta que logramos acceder a un puesto de trabajo, muchas teorías o fundamentos básicos pueden haber cambiado, por lo que es irremediable ponerse al día según van saliendo. Un consejo, acceder a páginas webs de profesorado y a las nuevas tesis (a través de la página del M.E.C.) pueden ser unos recursos muy útiles a seguir para no quedarnos atrasados.
Aunque la veracidad de la información sea cuestionable en todos los medios de comunicación, lo más importante es tener una mente abierta que no se cierre en la noticia, sino que intente ir un poco más allá pensando en su entorno y todo lo que la circunscinde. La contrastación también es otro medio que nos ayudará a acercarnos a la realidad.
Por último, recordar que cada periódico o programa de radio o televisión, siempre se encontrará más cercano a una posición política (la cope a los partidos de derecha, el país a los de izquierda,...)por lo que es importante conocer el transfondo de las fuentes a las que acudimos para informarnos.
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